Dania Virgen García
Desde el comienzo de 2015 ha aumentado la lista de fallecidos en la prisión
para enfermos de VIH-Sida de San José de las Lajas en la provincia de
Mayabeque.
La insuficiencia en la atención médica por parte de los facultativos de la
salud, la carencia de medicamentos de manera estable, la tuberculosis, la
hambruna producto a la escasez de alimentos dejando una lista considerable de
desnutrido, el maltrato sicológico y físico, las huelgas de hambre por tiempo
indeterminado, y las lesiones que se provocan los reos en sus cuerpos, son las
principales causas de muerte.
No obstante los especialistas en el montaje de las mentiras, justifican las
muertes por otros motivos.
Bizmar Rondón de 32 años de edad, falleció el 31 de diciembre de 2014, Yoel
Solano Peñalver de 43 años, falleció en enero de 2015, Néstor Javier Frometa de
44 años, falleció en febrero, Fidel Leiva de 40 años, falleció febrero, Yasnel
Pérez Martínez de 21 años de edad, falleció en marzo, Rafael Guzmán Suárez de
45 años, falleció en marzo, Frank Jiménez Ramos de 37 años, falleció el 21 de
mayo, Manuel Montes López de 43 años, falleció en mayo, y Yoel Villa Vicencio
falleció el 24 de mayo.
Este último está en fase terminal, Miguel Contreras Bruzón de 33 años de
edad.
El jefe de la prisión Castillo y su
esposa gozaron de unas vacaciones en una casa de la playa ganada por una
inspección que realizó la teniente coronel Mercedes Luna jefa de Tratamiento
Educativo a Nivel Nacional, donde supuestamente salió bien.
Castillo amenazó a los presos, informaron varios de ellos: ¨si hablan,
saben los que les va a pasar, les suspenderé las visitas familiares y
conyugales¨.
En la mayoría de las veces las autoridades carceleras en conjunto con los
tribunales, y especialistas en medicina legal otorgan la licencia extrapenal a
los presos cuando están en fase terminal, para que fallezcan en la calle. Otros
mueren en la espera. Así las pueden vender a 500 pesos moneda convertible.
El parasito de la paloma y el gato es mortal para los enfermos, a propósito
los militares carceleros tienen crías de ellos. En el caso del último se pasean
por los destacamentos hurgando en la comida de los reos dejando los pelos a su
paso, en sabanas y ropas.
dania@cubadentro.com