Dania Virgen García
En la mañana del 23 de marzo
me llegué hasta el mercadito del CUPET de L y 17 ubicado en la barriada del
Vedado, para comprar un paquete de café marca Serrano, su precio es de 14.45
cuc moneda convertible.
A los cinco días después de
comprado que abro el paquete, me percato que el polvo no era el verdadero. Ese
día tenía de visita en casa a dos amigas, las invité a tomar café. Cuando
estaba colando, el aroma que se sentía
era insoportable, el líquido completamente acido.
Como vivo a una distancia
bastante lejana al CUPET, me hace camino todos los lunes para el turno de
Internet de la Sección de Intereses de los Estados Unidos, el lunes 30, me
personé en el lugar.
Le expliqué a la dependiente
la situación, para mi sorpresa, me acusó de que el café que yo llevaba no era
el que me había vendido, le dije ¿entonces, lléveme ante la policía y acúseme?,
ella me contestó, no, le llamaré al administrador y a la jefa de piso.
¨Se personaron los jefes¨,
desde el comienzo me atacarme verbalmente, (es la forma más rápida que utilizan
estas personas para justificar sus fraudes y que el cliente se asuste),
incitándose una discusión entre los tres. Al final la jefa de piso ordenó que
me entregaran otro paquete y que si volvía no se me vendiera ningún otro
producto de la unidad.
Le pregunté ¿si era la
propietaria?, que hasta ese momento tenía entendido que los únicos propietarios
en Cuba son los dictadores castristas, que desde hace más de 50 años gobiernan
el país, que no comprendía su arrogancia, que solo estaba reclamando un derecho
que me correspondía como cliente. ¨Lo ciertos es que ustedes son los verdaderos
revolucionarios, roban y malversan impunemente sin escrúpulos¨.
El café no me lo permitieron
abrirlo en su presencia, cuando lo abrí en mi casa, el mismo polvo. Por
supuesto que no me quedaré con las manos cruzadas, el otro paso es dirigirme
hasta la fábrica y la empresa.
dania@cubadentro.com