Dania Virgen García
Debido a la pobreza en que vive una gran cantidad de
cubanos, causa del imperante régimen, los adolescentes (a) y jóvenes (a) se extienden en las calles usando
su cuerpo en busca de lo que sus padres no le pueden dar, o cuando tienen que
enfrentarse al núcleo familiar, se ven obligados a ofrecer su cuerpo a cambio
de dinero mal pagado.
En su mayoría, víctimas de la violencia familiar, y de la
sociedad civil, soluciones sin resolver por la Policía Nacional Revolucionaria
(PNR), y la Federación de Mujeres Cubanas (FMC).
Vulnerables a la violencia en las calles, por proxenetas,
pandillas callejeras, y agentes del orden público (policía), en este último
caso, usan el método de la coacción, si se niegan a entregarles el dinero, o,
chupársela son detenidos por varias horas por asedio al turismo; ocurre el caso
de ciertos uniformados que abusan sexualmente de los detenidos (a). Antes de
liberarlos, le hacen un acta de advertencia, a la tercera vez, lo procesan por
el delito de peligrosidad social, u otros delitos fabricados por ellos.
Motivado al medio en que se relacionan, se ha elevado el
consumo del alcoholismo, el exceso de las drogas y el sexo con el mismo sexo,
perdonen, no soy homofóbica, lo mismo
con turistas, que con cubanos.
La carencia de la economía cubana, ha conllevado a una
gran cantidad de ellos, a la prisión, al contagio de enfermedades venéreas, y
la muerte por diferentes causas.
La época del pingüe violento:
Desde hace tres años atrás, se ha incrementado violentas
pandillas callejeras, todas se aglomeran en el malecón habanero.
Dos de ellas muy mencionadas en el bajo mundo gay, “Just as Iam (justo como soy), y Sangre por
Dolor”.
Just as Iam, nació en los año 1989-1990 en la prisión del
Combinado del Este en la Habana, por
idea de los presos connotados, José el Quija y Alnoli, más tarde se integraron
los presos Enriquito y Félix Otero.
Sangre por Dolor, nació en la prisión para enfermos del
VIH-SIDA de la provincia de Villa Clara, por idea de Alexander quien decidió
pactar como amigos para siempre, con Azabache y Omar alias, El bala.
Osmaní, fue jurado como Just as Iam dentro de la prisión
del Combinado del Este, en el 2007, por el preso connotado Enriquito. En ese
mismo año, a los 23 años de edad salió de libertad.
A los cuatro días de libertad, tiene su primera riña con
un integrante de una banda que existía en el bajo mundo gay, la gobernaba un
tal Joaquín, se dedicaban abusar de los homosexuales. Un grupo de la banda de
Joaquín le quitó la camisa a un gay nombrado Yasmany, Osmaní lo defendió, donde
intentaron atacarlo, unos amigos que iba con él, intercedieron y aparentemente todo terminó
ahí.
Un día, estaba Osmaní en el malecón habanero, en una
reyerta, pinchó al jefe de la banda, los seguidores de la pandilla vencida, se
aliaron a él. A todos los pactó como Just as Iam.
Los adolescentes y jóvenes, que en su mayoría gozan de 15
años de edad, y no pasan de los 25 años, se incorporan a las bandas por
diversas razones: quieren ser abakuá y no pueden- por ser gay- por refugio-le
temen al mundo de las calles, otros lo ven como una moda- y el resto- se
considera guapo.
Los que se juran, se tatúan en la espalda el símbolo de
la pandilla.
En el año 2012, salió de libertad extrapenal, Jorge
Hernández Martínez alias Azabache de 32 años de edad.
Este mismo año, Osmaní regresó a prisión, está vez, a la
prisión del VIH-SIDA, a raíz de una riña con Azabache por un ajuste de cuenta
en el malecón habanero. Fue acusado por el segundo.
Azabache aprovechó la ausencia de Osmaní, e intimidó a
todos sus integrantes para fundar su banda: “Sangre
por Dolor”- si no se unían- los lanzaba contra los arrecifes del malecón
habanero, por miedo una parte lo siguió. A la mayoría los contagios con
VIH-SIDA por contacto sexual y por sangre.
La pandilla, al igual que las demás, se dedica, a
drogarse, robar, pinchar, asaltar, contagiar a los sanos, peleas callejeras y
ajuste de cuenta que han infringido en ocasiones hasta en el asesinato.
Azabache estuvo ocho meses en la calle, vuelve a prisión
en el mes de octubre, por el delito de robo con violencia. A los cincos días de
ese mismo mes, salió de libertad Osmaní.
Los jefes de las dos pandillas, no tuvieron un final
feliz.
El 18 de enero de 2013, Osmaní visitó la casa de unos
amigos, tocó a la puerta y se la abrió un joven de 24 años de edad, muy
alterado, nombrado Frankli, él, se acalora y le cae a golpe. Aseguró haber
cometido el error de no haberlo apuñalado, “al
verlo tan joven, le tuve lastima”.
“Dijo error, porque le
dio la espalda a su contrario cuando estaba liquidado en el piso, al dar unos
pasos hacia adelante, sintió un calambre que le circulaba por todo su cuerpo,
que lo hizo caer al piso sin poderse mover. Frankli lo apuñaleó por la espalda,
con un cuchillo que le atravesó la medula espinal”.
Ahora con 31 años de edad, está en una silla de ruedas, en
el sanatorio del VIH-SIDA de los Cocos, situado en Santiago de las Vegas, en
pésimas condiciones de vida, esperando a que un especialista en ortopedia, lo
opere y le ayude a volver a caminar. Lo que más desea, es pasar los años que le
queda de vida al lado de su hija de 2 años de edad. Por su discapacidad física,
tuvo que ceder el mando a otro integrante. Continúa en la banda facilitando
ideas al nuevo jefe.
Azabache, falleció en el mes de diciembre de 2013, en el
Hospital Nacional de Reclusos (HNR), de la prisión del Combinado del Este.
Alexander, El bala y el difunto se enemistaron para siempre.
A raíz de la muerte de Azabache, ese mismo año, las dos
bandas se reunieron en el malecón habanero y acordaron respetarse entre ellos.
Just as Iam: no me arrepiento de ser Justo como soy, mi
vida ha sido agitada, pero oculta, soy el más sonado de todos los jefes de
todas las pandillas callejeras de Cuba. Emblema de Osmaní.
dania@cubadentro.com