Dania Virgen García
Durante muchos años la dictadura
cubana ha querido esconder los conflictos entre presos y militares. Estos
últimos han sido los principales responsables de muchos hechos de sangre dentro
de ellas.
En los años 70 hubo varias prisiones que se caracterizaron por los
incidentes violentos, como la sección 4, de Pinar del Rio, y San Ramón, en la
provincia de Granma.
A esta última enviaban a los
delincuentes más connotados a cortar caña.
Lo menos que hacían eran cortar cañas, se agredían entre ellos, y a los
guardias también.
Los militares de aquel tiempo usaban en toda las prisiones machetes, y no
tonfas. Había militares que tenían los machetes afilados y provocaban a los
presos para cortarlos. Los oficiales
usaban bayonetas, que también fueron utilizadas para agredir a los presos.
Un régimen de corrupción, y violencia ha imperado en todos estos años en
las prisiones cubanas.
En el año 1975 construyeron la prisión del Combinado del Este, en la
Habana. El edificio uno era destinado para los presos políticos, el tres para
cualquier delito. El cuarto piso del mismo edifico del sur y norte era para los
menores.
En el edificio dos, en el año 1978, el cuarto piso fue empleado para los
presos incomunicados. Todos los criminales connotados que estaban en la prisión
de Guanajay fueron a parar allí. Al
unirlos hubo varios muertos en diversos hechos de sangre.
En aquel entonces el área 47 todavía
no tenía fama.
Después de 1980, se creó en esta prisión un programa llamado A1, que era
visita familiar cada seis meses, vista conyugal cada un año, esto era para los
delincuentes connotados. A estas personas los ubicaron en el área 47, junto a los condenados a la pena de
muerte. Allí permanecían años, sin tener
vínculos familiares de cualquier tipo.
Hubo presos que todavía están en cadena perpetua, que en aquel entonces
permanecieron 8 años dentro del área 47. Esto provocó una cantidad de hechos de
sangres, muertos, y violaciones
sexuales, esta última por la falta de contacto con una mujer por años. Los
presos rompían las rejas y liberaban a sus amistades.
En el 1990 debido al régimen tan severo implantado en la prisión, los presos
comenzaron a rebelarse, y se gobernaban dentro de ellas. Los guardias eran un cero a la izquierda. Fue
la época de los ninjas, los presos rompían los muros para fugarse, algunos
regresaban, otros no.
Debido a la violencia que imperaba, los presos dormían en los techos, en la
cocina, y en cualquier recoveco. A la hora del recuento los llamados
disciplinas decían la cantidad que ellos querían. No había control, lo guardias
no sabían qué hacer.
El gobierno reconoció que había
cometido un grave error y violaciones de derechos humanos, entonces
desintegraron el área del 47, y la dejaron para castigados.
Martín, un guardia corrupto, anárquico y famoso por su diabólica
mente, utilizaba las artes marciales,
para chantajear a las mujeres de los presos y violarlas aunque también tenía
relaciones con presos homosexuales.
Fue quien enseñó al militar Rafael Riquelme toda su maldad y a otros
militares también.
Martín creó una banda de guardias, en la que incluyó a Riquelme, debido al tamaño, y con
el apoyo de los delincuentes más connotados, que se llevaban muy bien con él,
derrotó a otras bandas más débiles, se
adueñó de la venta de bebidas alcohólicas y del tráfico de estupefaciente y
drogas.
El capitán Rafael Riquelme, inicio su carrera militar a los 20 años de
edad, en el año 1991. En 1996 un preso le cortó el rostro.
La mayoría de los miembros de la bandas de militares creadas por Martín
están presos actualmente por violaciones sexuales, corrupción, y robo, excepto
Riquelme y Alcides, este último fue discípulo de Riquelme mucho después.
En el año 1993 se fugaron de la prisión los presos peligrosos Viginita, y
el Pugi, con dos guardias y dos AKM, debido al descontrol que
imperaba en la prisión.
El gobierno mandó a construir tres prisiones en la provincia de Camagüey,
la especial de la 26 más conocida por Kilo 8, para presos peligrosos, Kilo 7
para presos de 20 años, y Kilo 9 para presos de 10 años.
Abrieron la especial: Establecieron nominación de presos en todo el país y
fueron a parar a esta prisión.
En Kilo 8 reunieron a todos los criminales connotados del país. Con este
error del gobierno, ocurrieron en aquellos años centenares de hechos de
sangres, hubo lesionados, violaciones sexuales, auto agresores, presos que se
daban candela por el pánico, y muertos en peleas entre presos y militares.
El capitán Mora era el jefe de la prisión.
Mató a su esposa, y luego de ser sancionado lo pusieron de jefe de
cocina en la prisión de Kilo 9, que presentaba dos características, una de
presos y otra de presos militares.
La prisión la especial de la 26, tenía tres fases.
En la primera fase, tres presos en una celda, los presos se atentaban entre
ellos para ser el primero, o dos atacaban al otro.
Al ver que no resultó tener a tres presos connotados juntos, tuvieron que
separarlos, y ubicarlo por separado. Esta fase tenía que permanecer un año en
celda.
Segunda fase: 8 connotados en un cubículo, con dos años de buena conducta,
pero la cuenta no daba: los más agresivos violaban, apuñalaban, y hasta
mataban.
Tercera fase: o ibas para tu provincia o te quedabas en los destacamentos.
El primer motín que hubo en las prisiones cubanas fue el del año 1991, que
fue en la prisión de Sancti Spíritus, provocado por el preso alias Caruca, y
otros presos de la mismas característica que eran de esa provincia. Este motín
fue provocado porque varios funcionarios de orden interior golpearon a un menor de edad y los presos se
indignaron. Hubo varios muertos y decenas de heridos graves.
Todos los presos que habían participado en motines del país fueron a parar
a la especial de la 26.
En el año 2004 debido a que fue un
fracaso en esta prisión, por la gravedad de los problemas, a pesar de la furia
de los guardias que era de lo peor, peor aún era la de los presos.
Al tiempo, las autoridades, al darse
cuenta de que había cometido un grave error, decidieron construir varias
prisiones de régimen especial en el país. Así los presos regresaron a sus
provincias, y solo quedaron allí algunos de los peligrosos.
El motín más famoso fue el segundo
del Combinado del Este, en el año 2005. En aquel entonces el jefe de la prisión
era Carlos Quintana, que por su mal trabajo fue escalonado y ubicado de jefe de
un departamento de la Dirección Nacional de Cárceles y Prisiones, en La Habana.
En aquel motín hubo varios muertos. Fue provocado por uno de los presos más
peligrosos José el Quijá, con su banda Just
as I am, que significa en español “justo como soy”. La banda controlaba
todo lo que se movía en la prisión con ayuda de los militares.
El primer motín fue 18 de marzo de 2005, en la prisión antes mencionada.
Los disciplinas del cuarto norte del edificio uno, alias el Fiera, y Planes,
que pertenecían a la banda se enteran que van a ser trasladado de cordillera
para Villa Clara, en un mensaje que le envía José el Quijá (que tenía una gran
influencia con los militares) para que no perdieran su dinero y recogieran todo
el negocio que tenían regado. En aquel tiempo se vendía mucho vino, ron,
pastillas, y drogas.
Como no podían vender toda la cantidad de bebida y droga, comenzaron a beberse todo aquello, y a
regalarlo. A la hora de trancar a los presos estos ya estaban en un estado de
embriaguez total, muchos se encontraban en el piso. Empujaron al guardia y
cuando el militar quiso hacer su trabajo, el preso Plana pinchó al guardia en
el brazo y el guardia escapó corriendo. Entonces, todo los presos que estaban
drogados y borrachos siguieron a los disciplinas, quemaron colchones, rompieron
la TV y los teléfonos.
El motín duró hasta el día siguiente.
En este motín las Avispas Negras entraron por el techo y reprimieron a los
amotinados. A ninguno le levantaron causa, por la golpiza que les propinaron a
los presos, que quedaron que con
lesiones, y heridas graves para toda la
vida. Hasta hubo uno a quien le sacaron
un ojo.
Luego que se enteraron las autoridades de la Seguridad del Estado que José
el Quijá había sido quien había avisado
a los disciplina, proponen llevárselo de cordillera y este se enteró por los
militares.
El 5 de abril amaneció José el Quijá,
repartiendo bebida, droga, pastillas, y
amotinando el piso.
José el Quijá, El Noli, y Enriquito del Vedado, a los que no querían participar los
amenazaron con apuñalearlos. El Noli, junto a otros presos, comienza a pinchar a otros presos. José calma a él Noli,
diciéndole que trasladaran a los presos que no querían participar para el aula
con sus pertenecías. Allí los encerraron.
Ya estaban los generales Marcos, y Colomé Ibarra, pero los presos pedían
que Fidel era, el que tenía que estar allí.
Les decían que a Fidel no lo podían molestar, que dijeran sus demandas y
que no lesionaran a más presos.
El Noli, uno de los presos más peligrosos que hay en el país, molesto,
mandó a un tal Chiki, a que le prendiera fuego a todos los colchones del aula
donde se encontraban los presos que no
participaron. Como consecuencia hubo
cinco que murieron quemados, y 22
lesionados por quemaduras.
El Noli, fue a parar a la prisión de régimen especial de Agüica, al área la
polaca. Ahí se parcializó con los guardias, con el antiguo jefe, Emilio Cruz, y
comenzó a presionar a los presos, a cambio de visitas conyugales por 24 horas.
Los presos de su tiempo, como Otero que estaba en esta área, que no permitía lo
que estaba haciendo El Noli, a este último no le cuadraba que estuviera junto a
él, en combinación con Emilio lo enviaron para la prisión la especial de la 26
en Camagüey.
Rafael el Loco, otro preso que estaba en la polaca, también fue enviado
para la prisión de Villa Clara, por no estar de acuerdo con El Noli.
Unos años después el loco fue a parar al área 47, y Otero y el Loco se enemistaron a muerte con El Noli.
Planes y el Fiera fueron indultados en el año 2011. El resto está con cadena perpetua.
La antigua área especial de la prisión de Guanajay que fue poblada por
presos ministros, donde falleció Abrantes, está siendo preparada para ubicar a
todos los condenados a cadena perpetua y
de régimen especial de occidente.
Otra catástrofe. El teniente coronel
Rodrigo, es quien está al frente del programa de seguridad en el nuevo
desastre, que implantará un régimen especial como el de las prisiones
estadounidenses.
dania@cubadentro.com