Dania Virgen García

En la mañana del 21 de abril, tres periodistas japoneses
visitaron la escuela primaria ¨Conrado Benítez¨, situada en la Calle 197 entre
108 y 110, reparto residencial San Miguel municipio San Miguel del Padrón.
Esta es la escuela que fue convertida en cuartel militar
el pasado 12 de abril, donde hubo un embarazoso suceso con esta reportera,
Yaquelin Boni Echavarria, mi hija Zuzy Sarais Viera García, provocado por la
Policía Nacional Revolucionaria, funcionarios y otros factores del gobierno del
municipio de San Miguel del Padrón, y en el que fue involucrado mi nieto de
seis años de edad, Jeiko José Acosta Viera.
Los periodistas japoneses filmaron la fachada de la
escuela y algunas aulas escogidas por la dirección del plantel.
¿Querrán limpiar la mala imagen que dieron allí los
represores?
El viernes 18 de abril varios vecinos me llamaron y
alentaron acerca de que la policía estaba citando a los testigos del incidente
con nosotras para coaccionarlos.
En Cuba para nadie es oculto que la población se vale de
muchas artimañas para poderse sostener económicamente. Esto ha traído como
consecuencia que los vecinos asuman que la policía vaya actuar en contra de
ellos para meterlos presos por ilegalidades en las que puedan estar
involucrados.
Recientemente, un represor de la policía política me dijo
que las informaciones que suministro “a la contrarrevolución” estaban
destruyendo a decenas de sus compañeros del MININT, con familias, esposas e
hijos. Me dijo que los opositores no teníamos historia ni mártires, que la
historia de la revolución y de sus mártires ellos estaban dispuesto a
defenderlas al precio que fuera
necesario, mientras que en cambio, la oposición estaba desunida.
Ante su actitud arrogante y mezquina, le pregunté: ¿Quiénes han destruidos las familias de centenares de disidentes?
¿Cuántas familias de presos han destruido?
El gobierno cubano no tiene cómo responder ante las leyes
internacionales.
A muchas mujeres de la disidencia le han arrancados de
una manera o de otra a sus seres más queridos.
Mi nieto presenció
la agresión contra su madre y su abuela. A todas las personas que se le
acercan les dice: “A mi mamá y a mi abuela la policía le dio golpe, la
amararon y se la llevaron en una patrulla”.
Mi nieto, que era un niño equilibrado, ya está teniendo
los primeros síntomas de un trauma sicológico.
No es la primera vez que mi nieto es víctima de una
agresión. El pasado año, él y yo fuimos chocados por un carro cuando íbamos en
una moto.
Está bien claro que están utilizando a mi familia para
desestabilizarme.
Respecto a los detalles de mi vida personal que mencionó el sicario, no robo, no consumo
drogas ni las vendo, no estafo, no estoy en riñas tumultuarias.
No tengo que pedirle permiso a nadie para hacer lo que
estime conveniente. Seguiré informando y denunciando los abusos de poder, actos
degradantes e inhumanos, las torturas físicas y sicológicas que aplican a
diario “los compañeros del MININT”
que tienen familiares en las prisiones, lo mismo por motivos comunes que
políticos.
Estoy dispuesta a soportar cualquier tortura física y
sicológica que intenten contra mí. Aclaro que no voy a sacar mi nieto de la escuela, porque él tiene
los mismos derechos que cualquier otro niño cubano.
Tengo mis manos y mi voz para denunciar ante el mundo
todo acto de tortura que realicen contra mi nieto o mi hija. Mi fuerza es
escribir.
Hago responsable a partir de este instante al gobierno,
los funcionarios del Poder Popular, el Partido Comunista de Cuba, (PCC), la
Unión de Jóvenes Comunista (UJC), los agentes de la Policía Nacional
Revolucionaria, (PNR) del municipio y a la policía política de lo que le pueda
suceder a mi familia.
De estas arbitrariedades el pueblo cubano no tiene
conciencia hasta que choca con ellas y las ve con sus propios ojos. Los mal
llamados comunistas están acostumbrados a cometer atropellos contra el pueblo,
luego vociferan sus mentiras a favor de sus intereses, violando los
derechos constitucionales.
dania@cubadentro.com