Dania
Virgen García
Blanca Bernardina Martínez Lastre, residente en la
Calle Sierra Maestra número 66 entre Rafael Peraza y 5ta, reparto Luz Urtiola,
Holguín, madre de Johnny Yoel Rodríguez
Martínez, de 28 años de edad, quien cumplía una sanción de robo con fuerza, en
la prisión provincial de Holguín, responsabiliza a la jefatura del penal por la
muerte de su hijo.
Según Blanca Bernardina, su hijo se inyectó agua de
tabaco y se tragó dos clavos en protesta, días antes de la visita que tuvo el
día 9 de noviembre. Nunca le prestaron
ningún tipo de atención médica.
El día de la visita familiar, ya Yoel Rodríguez
presentaba fiebre. El día 10 de noviembre, varios reos llamaron a Blanca
para comunicarle que su hijo estaba muy mal.
Blanca Bernardina se dirigió a la prisión, y se
entrevistó con el carcelero Leal, segundo jefe de unidad, quien anteriormente
fue expulsado de la prisión conocida como los Naranjo, por robarse todo el
pollo de los presos. A raíz del robo, el castigo fue trasladarlo de prisión y
ascenderlo a capitán.
Este carcelero le manifestó que no se preocupara que
en la prisión había presos más graves que él.
El 17 de noviembre,
falleció el padre de Blanca, Cuando llamó a la prisión para que le
dieran un conduce a su hijo para que pudiera estar un par de horas en el velorio de su abuelo,
la oficial Viera le dijo que su hijo estaba en el Hospital Provincial, muy
grave.
Al llegar al hospital Blanca Bernardina, se encontró
que su hijo pujaba, y tenía los ojos
amarillos. Los médicos le comunicaron que la operación había sido un éxito pero
que no se contaba con él, porque tenía una infección muy grande.
La infección le provocó un infarto cerebral en el salón de
operaciones.
El recluso falleció el 20 de noviembre, dejando
desamparados tres hijos de 10, 8, y 5
años. Su esposa actual de 19 años de
edad, tiene un embarazo de gemelos, con fecha de parto en el mes de enero del
próximo año.
También dijo Blanca que el preso Ariel Pérez Ávila,
quien asistió a su hijo cuando estaba muy mal, se encuentra en una celda de
castigo, con gusanos en los pies debido a heridas infectadas, y en condiciones
infrahumanas. Los carceleros no le dan
asistencia médica, porque no quieren que declare en contra de los responsables,
ya que quieren implicar a dos médicos.
En dicha prisión el jueves 29 de agosto, a las 11 y 30
de la mañana, fue asesinado en un ajuste de cuenta, Luis Enrique Mena Tamayo.
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