Dania
Virgen García
Desde la prisión provincial de Kilo 7, en la provincia
de Camagüey, reportó el preso Enrique Bartolomé Cambara Díaz que el pasado 4 de
septiembre, a las 7 de la mañana, el reo Yasmani Hernández Fernández, de 24 años
de edad, quien se encuentra en el cubículo 9, de medida de seguridad, fue abofeteado por el carcelero Roberto.
Luego, con la ayuda del carcelero Rodolfo, y otros que no se identificaron, se
abalanzaron hacia el reo, y lo esposaron por las manos en la ventana del
cubículo. La agresión contra el reo fue por que el preso tocó la puerta para
avisar que el cubículo estaba inundado
de agua.
A las tres de la tarde del día 5, el reo antes
mencionado fue esposado con las dos manos hacia atrás y nuevamente golpeado por
el carcelero y segundo jefe de unidad Elio Peña Piña. Al gritarle criminal, entre otras frases, la
fuente, se llevó el carcelero al reo para la celda de castigo, donde lo volvió
a golpear y lo esposó de manos y pie, desde la puerta
hasta la cama, y en esa despiadada tortura lo mantuvo toda la noche. El preso
gritaba de dolor y hambre, y así permaneció hasta el día 6, hasta las 10 de la
mañana.
En la prisión de mujeres del Guatao, situada al oeste
de la capital, el pasado 5 de septiembre, le fue propinada una golpiza a varias
presas, entre ellas Kirenia, Leivis González Trían. En la golpiza participaron
el segundo jefe de de unidad, el mayor Israel, la jefa de orden interior, Irene
y la jefa de la mesa de control, Soleni.
La presa Aida Valdez Crespo, salió en defensa de las
presas, y también fue golpeada severamente. Todas están en las celdas de
castigo de la prisión de mujeres Manto Negro.
En la prisión para enfermos del VIH-SIDA, en la
provincia de Villa Clara, los presos se auto agreden en protesta por las malas condiciones de vidas a que están
sometidos y por las golpizas que le propinan los carceleros donde los dejan con
laceraciones y hematomas sin ser atendidos por los médicos.
Cuando se auto agreden, los dejan desangrarse, los
cosen dentro de la prisión y no les dan asistencia especializada para no
tenerlo que comunicar a la delegación
provincial de Cárceles y Prisiones y que no se sepa.
A los familiares de otras provincias, cuando van a
visitar a los presos, los carceleros los
viran para atrás, sin permitirle que le pasen la comida que traen, que tienen que botarla por el camino
porque se les echa a perder.
La prisión para enfermos del VIH-SIDA El Caguayo, en
la provincia de Santiago de Cuba, los presos son tratados de la misma manera.
El preso Ardelacio García Tamayo, perteneciente a la
UNPACU, de 30 años de edad, fue acusado injustamente de un delito de daños.
Lo acusó el jefe de orden interior, José Antonio
Fuentes González, a quien el 4 de junio a la 6 y 30 de la tarde la fuente le
pidió que le consiguiera asistencia
médica porque tenía un fuerte dolor de oídos, a lo cual el carcelero se negó. La enfermera Yuduleisis le había
comunicado al militar que era muy pronto para medicarlo, y no quiso remitirlo a
un hospital especializado. Para llamar la atención y reclamar asistencia
médica, el preso se dirigió al baño, cogió la tapa del tanque del inodoro, que
ya estaba rota, y con ella tocó la puerta fuerte para que lo auxiliaran otros
carceleros.
El día 5 le llego la petición fiscal dictada por el
municipio San Luis por la fiscal Idalbis
Torres, de 4 años de privación de libertad, con sanción accesoria de privación
de derechos. Todo por la tapa, valorada en 3 pesos y 79 centavos moneda nacional.
Días antes, a este reo le fue negada la asistencia
médica a pesar de que tenía fiebre alta y una fuerte inflamación de garganta,
por lo que no podía comer ni hablar.
Continúa aumentando los casos de cólera en la prisión
del Combinado del Este, en La Habana.
Del edificio uno, cuarto Sur, compañía 1316, Adrian Martínez Benítez de
45 años de edad, se encuentra grave, ingresado en el hospital La Covadonga, en
la sala de infecciosos.
Otros casos se detectaron el pasado día 6, que fueron
trasladados para el hospital antes mencionado y para el IPK.
Ese mismo día les dieron a los presos un picadillo
fermentado, y huevos hervidos desde el día anterior.
Recientemente estuvo en la prisión una inspección de
Salud Pública, estuvieron en los pisos y acordaron suspender la cuarentena.
El preso Daniel Pérez Díaz, fue amenazado por varios
policías de la Seguridad del Estado, Michel, Liban, Rubén y otro, que le
dijeron que se iba a morir sino desmentía las denuncias hechas a la
contrarrevolucionaria Dania Virgen. Luego fue trasladado para el área la incrementada.
dania@cubadentro.com