Dania
Virgen García
No es extraño
que un alto por ciento de los oficiales
del MININT y funcionarios del sistema penitenciario cubano sean corruptos. Cabe
aclarar que estas personas bajo el uniforme que utilizan para sus fechorías, se
muestran como los más revolucionarios y competentes. A los detenidos y presos los maltratan, los
insultan con palabras obscenas, los humillan, los someten a torturas.
Son los que en un tribunal se paran para mentir, y ahí
están sus seguidores, desde el presidente del tribunal, hasta el fiscal.
De esta manera cree el sistema que va a derrocar al enemigo. Si delante de
sus narices, a diario, tiene a decenas de ellos.
Menciono varios
ejemplos.
Desde la prisión de de régimen severo de Kilo 7,
provincia de Camagüey, el reo Félix Alfonso Pérez Gamboa, dijo por vía
telefónica que el pasado 24 de julio, un carcelero fue sorprendido con más de 1
000 tabletas de carbamazepina.
El sábado 20 del presente mes, fue capturado el
carcelero primer sub oficial Víctor de orden interior del MIN INT, que trataba
de penetrar a la prisión 1500 tabletas de soporífero del mencionado
medicamento.
Por otra parte en La Habana, se halla bajo
investigación en su domicilio, sito en Buena Vista, municipio Playa, la instructora
del MININT, María Elena Martínez, acusada de varios delitos, entre los que se
encuentra el tráfico de drogas.
Aseguró la fuente, que pidió no se mencionara su
nombre por medida de seguridad, que la mencionada militar, transportaba la
droga vestida de uniforme en la moto Suzuki que tenía asignada por su cargo,
junto a su esposo Jorge Luis.
La militar trabajó en la 5ta unidad de Playa, y cuando
fue capturada desempeñaba el cargo de instructora en la unidad de la policía de
Zapata y C, en El Vedado.
La instructora María Elena aceptaba sobornos de
familiares de los detenidos, abusaba del cargo. Según la fuente, también
consume estupefacientes.
En el centro de trabajo forzoso CETEM, Ceiba 5,
situado en la provincia de Artemisa, fue acusado por el delito de tenencia de
sicofármacos el recluso Leoner Betancourt Salgado, de 37 años de edad.
Los sucesos son narrados por la madre del preso Nelsa
Salgado Sánchez y su hermana Yoramis Betancourt Salgado.
Según ellas, el pasado 19 de marzo se encontraba jugando Betancourt con el reo
Misael, el juegos prohibido, ( el siroc), al que le ganó 25 mil pesos moneda
nacional. El preso le prometió pagarle cada centavo del dinero que había
ganado.
El preso Misael para no tener que pagarle esa cantidad
de dinero, le dio al reeducador Hugo 10 mil pesos en moneda nacional que
equivale a más de 400 pesos moneda convertible, para que le introdujera un
frasco de carbamazepina a Leoner Betancourt, y así no tenerle que pagar dicha
cantidad.
Al llegar el reo Betancourt al campamento,
aparentemente iban hacer una requisa. A
donde primero se dirigieron fue a la cama del preso. Debajo de su almohada le
encontraron un frasco de dicho medicamento. El preso fue conducido a una celda
de castigo y a los dos días le fue encontrado, según el reeducador, otro frasco
de desodorante con el mismo medicamento, siendo trasladado para la prisión de
Guanajay.
El recluso Leoner Betancourt Salgado, desde el primer
momento se negó a aceptar la patraña hecha por el reeducador y el preso Misael.
Le contó al jefe del campamento Calero, como habían sucedidos los hechos, este
se comprometió a solucionar el problema.
A los tres meses de estar en la prisión antes
mencionada, al ver que no se hacía nada, se declaró en huelga de hambre por más
de 20 días. Le volvieron a prometer que todo se iba a solucionar y fue
trasladado a un campamento.
Su familia ha escrito cartas al departamento de
atención a la población contra las violaciones e injusticias situado en Miramar, y al departamento de atención a la ciudadanía del MININT, situado en la Plaza de la
Revolución. Hasta ahora no han tenido respuestas.
Betancourt Salgado, está acusado de tráfico de
estupefaciente con numero de denuncia 84/2013, y EFP 16/2013. Un funcionario
del MININT que fue a visitarlo le comunicó que tenía que buscarse un abogado.
En la prisión de Kilo 9, más conocida por la
disciplinaria, en la provincia de Camagüey, una fuente de información dijo a
esta reportera que el 1er sub oficial Alexander Camellón Fernández, fue
sorprendido hace varios días por el oficial del DTI, cuando un preso le
entregaba un gallo fino de pelea. En el momento de los hechos, trabajaba como
segundo jefe de reeducación.
La fiscalía militar le imputa 8 años de privación de
libertad por el delito de cohecho. Todavía el sub oficial se encuentra
trabajando en dicha prisión, como funcionario de orden interior.
El recluso Yosvani Socarrás Fernández, quien le
entregó el gallo, se encontraba en un campamento, y fue revocado por una riña
donde lesionó a otro preso.
dania@cubadentro.com