Dania
Virgen García
El preso hindú
Dalvinder Singh Jagpal, quien lleva más de un año en el área de régimen de
torturas, las celdas la Polaca, en la prisión de máximo rigor Agüica, Matanzas,
y el preso William González Concepción, informaron de los continuos tratos
degradantes e inhumanos en dicha cárcel
El jefe de la prisión de Agüica, Emilio Cruz
Rodríguez, como los demás jefes y carceleros de otros centros penitenciarios,
tienen un historial de abusos que quedan
impunes desde hace años.
El 23 de agosto de 1999, Emilio Cruz lanzó a un preso del 3er piso de
la prisión. El preso murió al instante. Cuando aquello Cruz era un simple
carcelero. Ahora es Tte. coronel. Se ganó los méritos para que lo ascendieran torturando
y matando a los presos lentamente.
El preso Bárbaro Eliseo Álvarez, se sintió mal el
pasado 9 de mayo, y el reo Youset Tejeda Zulueta, que está ubicado en otra
celda, comenzó a gritar, pidiendo ayuda. El carcelero conocido por Mendoza, no
le prestó atención, manifestándole que ya había llamado a la enfermera. Luego
de varias horas sin que acudiera la enfermera,
Tejeda comenzó a discutir con el carcelero, y este casi le propina una golpiza. Finalmente tuvieron que sacar al reo Eliseo
que fue llevado de urgencia para el hospital y operado de apendicitis.
El preso José Ángel Herrera Jiménez, de 32 años, sufre
de insuficiencia renal. Lleva más de seis meses reclamando asistencia médica.
Los médicos y enfermeras le suministran altas dosis de calmantes.
En los centros penitenciarios los jefes y carceleros
en repetidas ocasiones dicen que la salud de los presos no es una prioridad
para el estado cubano. Decenas de presos que padecen de enfermedades crónicas y
agudas, mueren lentamente por la falta de
asistencia médica.
Para calmar los dolores, y para dormir, los reclusos
toman de 5 a 15 tabletas diarias de calmantes
(ibuprofeno, dipirona), antibióticos y antiinflamatorios, que son
traídos por sus familiares. Debido a esto, muchos enferman de úlcera gástrica,
que se agrava con el tiempo porque no ingieren leche o jugos.
Al preso Dalvinder Singh le es negada la asistencia
estomatológica desde hace más de dos años por dar informaciones a la prensa
independiente.
El preso Francisco Santiago Engroba, sufre de varias
enfermedades provocadas en la prisión. Debido a las golpizas propinadas por los
carceleros, enfermó de los nervios.
Padece de ulcera crónica por las más de 15 tabletas de medicamentos que toma
diariamente.
El 2 de marzo, el preso protestó por la alimentación.
Los carceleros lo bajaron y lo llevaron a la cocina, delante de todos los
presos que estaban allí, lo rodearon más de 20 carceleros, y delante del jefe
de la prisión, Emilio Cruz Rodríguez, le propinaron una golpiza. Lo dejaron con
laceraciones y hematomas en todo su cuerpo.
El 19 de abril fue la visita familiar y el jefe de la
cárcel le negó la visita, al padre del preso, de 80 años, que había venido
desde Cienfuegos, luego de haberlo tenido esperando varias horas afuera, bajo el
sol.
Recientemente, el preso conocido por Acutí fue salvajemente golpeado
por los guardias. Le partieron la cabeza y
un brazo. Tuvieron que enyesarle
todo el cuerpo. La golpiza fue dada por el jefe de orden interior
Arguelles, y Yoel, un militar que mide
casi dos metros de alto, y que participa
en todas las torturas, para ganarse méritos.
Jorge Reyes Galindo, un residente en los Estados
Unidos que entró ilegalmente en Cuba, le
confiscaron la lancha, lo multaron con 3 000 dólares y lo sancionaron a 20 años de prisión, por el
supuesto delito de tráfico de persona. Reyes solicitó en varias ocasiones el
permiso de entrada al país legalmente, y se le negó, por lo que no le quedó
otro remedio que entrar ilegalmente.
En el Combinado del Sur de Matanzas, se fugó, por lo
que lo condenaron a 6 años más, y fue castigado dos años en el área La Polaca,
de Agüica. En el mes de agosto del pasado año, intentó fugarse de esa área, fue
atrapado, lo golpearon salvajemente, y lo sancionaron a 4 años más.
Al jamaicano,
Michael Sheel Vacciano, y los Bahamenses
Andrew Craig Sears, y Marvin M. Bethel,
les confiscaron una lancha
valorada en 150 mil dólares y les impusieron 11 mil dólares de multa a
cada uno, por entrada ilegal al país. Cuando las autoridades cubanas cobraron
el dinero, los sancionaron por tráfico de droga, y los condenaron a 20 años.
El preso de Montenegro, de apellido Goran, estaba de
visita en Cuba, junto a su hermano, cuando fue arrestado. Fue sancionado a 7
años de privación de libertad por un accidente de tránsito, donde falleció una
bailarina del Hotel Nacional. Las autoridades cubanas le piden 50 mil dólares
por daños y perjuicio. El carro limosina Audi, lo rentaba a 300.00 pesos CUC,
moneda convertible diario.
dania@cubadentro.com