Dania
Virgen García
Desde la prisión del Combinado del Este, los reos Juan
González Silveira y Jorge Molinet Tapia, de la compañía 1202, aseguran ser
testigos de una información facilitada por el
recluso José Yosel Vázquez Ruiz,
de la compañía 1201 del edificio uno segundo norte, según la cual, el jefe de
la unidad dos, el mayor Maxwell Manduley Bermúdez trafica estupefacientes.
“Eso no es
extraño, el 60 por ciento de los
oficiales del MININT y funcionarios del sistema penitenciario cubano son
corruptos”, aseguró Molinet Tapia.
El reo Yosel Vázquez, antes del mes de septiembre del
presente año era promotor central de la unidad dos. Debido a los servicios
oscuros que presta al Ministerio del Interior ocupa el mismo puesto en la unidad uno de la prisión.
De junio a agosto del año en curso el jefe de la
unidad dos tuvo un faltante en la farmacia que fue detectado por Vázquez, por lo que el jefe de la unidad de forma conveniente,
lo utilizó para que lo ayudara a ocultar dicho faltante.
Vázquez accedió a falsificar vales de salidas y a
cuadrar el faltante, días antes de una inspección del departamento de auditoría de la fiscalía
militar.
El jefe de la unidad, el mayor Manduley Bermúdez, autorizó
la venta de dichos psicofármacos poniendo en peligro a la población penal, ya
que debido al consumo tan alto de estos fármacos muchos presos se vuelven
adictos.
El faltante de dicho trimestre fue de 45 frascos de
Carbamazepina de 200 mg, de 90 tabletas cada frasco, (4500 tabletas),
Dimenhidrinato, conocido por Gravinol de 50 mg de 10 tabletas el bistles, con
un faltante de 500 bistles, y la Difenhidramina, conocida por Benadrilina de 25
mg, de 10 tabletas, con un faltante de 300 bistles, y otros medicamentos como
la Dipirona, Amitriptilina, y otros que fueron desviados por los oficiales del
MININT para sus casas.
Los reos paramilitares que están autorizados a vender
los somníferos en la unidad antes mencionada son los reclusos Jaime Ramos Rubio
de la compañía 2103, Fernando San Pedro López, de la compañía 2110, y Luis
Hernández Isa, de la compañía 2208.
En el mes de septiembre el mayor Maxwell Manduley
utilizó por segunda vez al paramilitar Yosel Vázquez y al actual económico de
dicha unidad, Dosel, para que
falsificaran en los vales los faltantes de medicamentos que tenía en la
farmacia.
Estos presos eran sacados de sus compañías a las 10 de
la noche y enclaustrados en la farmacia toda la madrugada para justificar dicho
robo.
En este proceso de malversación se hallan involucrados
los siguientes oficiales del MININT de la unidad dos: el capitán Abel, jefe de
logística, el Tte. Sandino Roger, jefe del puesto médico, y la primer teniente
Cristina, jefa de enfermería.
En el mes de octubre,
Yosel Vázquez denunció este hecho delictivo al DTI,
la dirección del penal, y a la Seguridad del Estado de la prisión. Por denunciar al mayor Manduley Bermúdez, y
los demás militares involucrados, Vázquez fue trasladado para la unidad uno.
Para que se callara, y se olvidara de lo
sucedido le devolvieron el mismo trabajo como promotor central de la farmacia
de dicha unidad.
El preso Yosel Vázquez Ruiz afirma que al jefe de la
unidad dos, Maxwell Manduley Bermúdez, le permiten todo tipo de corrupciones
porque mantiene relaciones o es el esposo de una de las hijas del general
Marcos, jefe de la Dirección de Cárceles y Prisiones.
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