Dania
Virgen García
Con el pretexto de combatir la entrada de
estupefacientes a las prisiones, una nueva medida se ha implantado en algunas
prisiones del país.
En la prisión provincial de Ariza, provincia
Cienfuegos, el reo Yasser Rivero Boni, informó que el pasado 12 de noviembre,
los jefes prohibieron la entrada de alimentos llevados por los familiares a los presos.
Después de finalizar la visita familiar del
destacamento 7, los funcionarios de orden interior les comunicaron a los presos
que los alimentos traídos por sus familiares no podían ser pasados a los
destacamentos, por órdenes de la máxima dirección.
Más de 50 familias indignadas tuvieron que llevarse de
regreso o botar las cazuelas de carnes, arroz, ensaladas, y viandas, además
de sándwiches, hamburguesas, pomos de
refrescos no sellados, huevos, pan, cake, y dulces caseros. Comida que fue llevada por los familiares con
los escasos recursos que poseen. Muchos se quejaron que era una injusticia y anunciaron que se
quejarían ante la Dirección de Cárceles
y Prisiones.
Hasta ahora, cada 45 días los presos disfrutaban de
los alimentos que les llevaban sus
familiares.
La comida que le suministran a los presos en las
prisiones de Cuba es un sancocho putrefacto: el arroz pegajoso y con piedras,
el pescado tenca podrido, la pata y panza podrida, el picadillo de soya con
cebo verdoso corrompido, el revoltillo de huevo apestoso, los espaguetis
blancos sin sazón, y el potaje aguado
con los frijoles duros, todo cocinado con todo tipo de insectos que caen
del techo en los calderos. Las ensaladas son servidas con tierra y caracoles,
el postre es mermelada fermentada, y los
refrescos una mezcla de todo tipo de frutas corrompidas.
Cada 15 días o más, les suministran a los presos un
pedacito de pollo hervido, que pesa entre 10 y 15 gramos, en algunas ocasiones
corrompidos.
La comida se sirve en bandejas de aluminio, la cuales
sueltan fibras que se alojan en el sistema digestivo y provocan úlceras, y
gastritis crónicas.
Estos testimonios fueron recogidos por los mismos
presos en varias prisiones del país.
Es tan desesperante el hambre de los presos, que inventan cualquier menú. Para preparar un
jamón, echan, gofio, boronilla de pan o galleta, sal, sazón, salsa de tomate, y
jamón. Toda esta mezcla es empaquetada en javitas de nylon, le dan la forma de un tubo de jamón, y se pone a
hervir entre 25 y 30 minutos.
Con el pretexto de combatir las ratas, los reos crían
gatos, y cuando logran un tamaño considerable, los matan, y se los comen.
Otro menú para los presos en los campamentos de
trabajo forzoso CETEM, es la carne de perro.
Durante el periodo especial, los presos comían ratas, gatos y perros, que ponían a hervir con sal y verdolaga.
Muchos presos en aquellos años enfermaron de
beri-beri. Por desnutrición severa, innumerables reclusos tuvieron que ser hospitalizados.
En la prisión del Combinado del Este, en aquella época
hubo más de 9 fallecidos por desnutrición.
Ahora, en 2012,
la hambruna regresa a los campos de
concentración que son las prisiones cubanas. Miles de presos se hallan
desnutridos, sin que las autoridades, ni los médicos tomen medidas al respecto.
A diario, los
presos tienen que pasar hambre para que los cerdos de los oficiales del MININT,
crezcan y engorden saludables. Son muchos los oficiales que obligan a los
presos que trabajan en el comedor a servir poca comida, sancocho, para poderse
llevar lo que sobre diariamente en cubetas de sancocho.
dania@cubadentro.com