Dania
Virgen García
En la prisión de Ariza, provincia Cienfuegos, el reo
Yasser Rivero Boni entrevistó a varios reclusos que se han auto agredido.
Los métodos de torturas sicológica y físicas que
aplican los funcionarios y jefes de las
prisiones en Cuba a diario, traen como consecuencias que muchos presos,
principalmente enfermos psiquiátricos,
se auto-agredan.
Más de una veintena de reclusos dijeron sentirse
asfixiados producto de los maltratos y las humillaciones a que son sometidos.
Varios presos le describieron a la fuente como han
intentado atentar contra su vida: se cortan con cuchillas sobre el tendón que se encuentra encima del talón del
pie, se efectúan profundas heridas de 30 y hasta 60 puntos en el abdomen, y los
brazos, se inyectan excremento y petróleo con miel de abejas en las piernas y
los brazos, se tragan cuchillas de
afeitar, agujas de inyectar, de coser, alambrones, y vidrios.
Pero no todos intentan matarse. Otros se introducen
palos y otros objetos en los oídos dejándolos trabados, se colocan toallas
mojadas en un brazo o en el tobillo o la pierna toda la noche y por la mañana
se propinan un golpe para ocasionarse fracturas en las zonas húmedas. Estos
presos, son capaces de soportar estos dolores solo para escapar unas horas o
varios días de los llamados métodos
reeducativos practicados por los funcionarios de orden interior.
Refieren que
prefieren estar en una sala de un hospital donde son tratados con un poco de
humanidad, porque los guardias que los custodian en las salas están obligados a ser pacíficos, aunque no
del todo. Además explican que cuando están en los hospitales les son realizados
los chequeos médicos que no les realizan por años o son hechos deficientemente por médicos incompetentes. También prefieren
estar ingresados por que reciben una alimentación un poco mejor que la de la
prisión.
Los sicólogos médicos militares expresan que trabajan
con profesionalidad para ayudar a los presos con enfermedades mentales, pero
los reclusos no los creen ni confían en ellos.
“Las
torturas, la mala alimentación, la falta de asistencia médica, el hacinamiento,
la desnutrición, y las enfermedades virales que afectan a los presos son del
conocimiento de los jefes que permiten, y ordenan a sus subordinados actuar de
manera violenta, ya que para ellos los presos son como animales a los que hay
que atormentar, no importa el delito que hayan cometido”, asegura la fuente.
dania@cubadentro.com