Dania
Virgen García
Misleivi Calbente Figueredo, dirigente del Partido
Obrero Campesino de las Provincias Orientales, informó el pasado cinco de julio en el municipio Manzanillo, de la provincia Granma, falleció un bebé por desidia
médica.
Refiere Calbente Figueredo que Mirlen Sosa
González, acompañada por su esposo Marcelino Sánchez, se dirigieron al Hospital
Gineco-Obstétrico “Fe del Valle Ramos”, el pasado día 20 de junio, por unos
dolores que tenía Mirlen, que supuso eran los del parto. Pero el médico que se
encontraba de guardia le manifestó que aún no tenía las cuarenta semanas, y que
no se encontraba de parto, que le faltaban aun unos cuantos días.
Mirlen Sosa ingresó en la sala uno E, cama, 13.
Dicha sala se encuentra en condiciones insalubres. El cuarto de baño solamente
tiene un retrete para 12 pacientes, sin
agua potable y una sola ducha. El
piso del baño se mantenía mojado todo el
tiempo, poniendo en peligro a las gestantes.
En los días 21, 22, y 23, estudiantes de medicina le realizaron el foco
fetal, y le tomaron la presión, sin tener dichos estudiantes un supervisor
profesional. El día 23, luego que le realizaron a Mirlen el PTG, la técnica le
comunicó a la paciente que los latidos del corazón del bebé se sentían bajos,
pero que no se preocupara que era que el equipo se hallaba en malas
condiciones.
El esposo de la gestante y otros de sus familiares
comenzaron a inquietarse, y pidieron un especialista, pero este reafirmó que
Mirlen iba a dar a luz dentro de dos días, y que todo estaba bien.
El 24 de junio por la noche la paciente comenzó a
sentirse mal. Cuando llamó a la enfermera, esta se negó a atenderla. La
gestante, con dolores, tuvo que esperar hasta el día siguiente. Cuando le
efectuaron un ultrasonido, le notificaron que el bebé no se movía, pero los médicos no tomaron ningún tipo de medidas
en ese instante. Una hora después le
volvieron a efectuar otro ultrasonido, y le anunciaron que su bebé había
muerto.
La paciente cayó en una crisis de llanto: Era su
primer embarazo.
Cuando los familiares exigieron explicación, fueron maltratados por los médicos del
hospital.
Pero eso no fue todo. A la sala que fue trasladada
Mirlen para inducirle el parto fue a la de pre-parto juntos a las paciente que
se encontraban en espera de sus bebés, lo que constituyó una tortura para ella.
Allí le pusieron un suero, y estuvo alrededor de 24
horas en los trabajos de parto, sin resultados, no pudo expulsar el bebe, y los
médicos decidieron realizarle la cesárea.
Mirlen Sosa González, está afectada sicológicamente
por la pérdida de su hijo. Su familia ha escrito varias cartas, entre ellas al
ministro de Salud Pública, para denunciar lo que está sucediendo continuamente
en los hospitales cubanos.
dania@cubadentro.com