Dania
Virgen García
Desde la prisión de Kilo 7, en la provincia de
Camagüey, el recluso Jorge Alberto Liriano Linares, informo que continúan las
humillaciones a los familiares de los reos.
En las cárceles cubanas, los maltratos y las humillaciones, a veces hasta sexuales, son
permanentes para controlar a los reclusos, ahora se han extendido también a los
familiares que realizan las visitas a
los sancionados. Niños, mujeres, y ancianos, sin distinción de edades, son
sometidos a la desnudez durante los registros.
La esposa del recluso apodado El Calvo, del
destacamento 15, Mariela Hidalgo Torres, de 34 años de edad, natural de
Camagüey, el pasado día 18 de julio fue víctima de una de estas humillaciones,
cuando fue sometida a un minucioso examen genital durante el registro. Pero mayor fue su humillación
cuando la obligaron a desnudar a su niña. Mientras la funcionaria de orden
interior se reía, tocando la niña, le manifestó que estaba cumpliendo con el
reglamento.
En las celdas de castigo estos métodos son utilizados
con frecuencia, incluso con aquellos que se hallan en huelga de hambre, afirma la fuente.
En Cuba se violan continuamente los reglamentos
penitenciarios, y las leyes internacionales. En las filas del MININT predomina
una inclinación a las infracciones que no se logra superar.
Muchos familiares de los reclusos que visitan las
prisiones son torturados y humillados
consecutivamente.
Lo cierto es que las prácticas de las deshonras sexuales
son normales en todos los establecimientos penitenciarios del país, pero se
silencian o no se cree lo que dicen las víctimas mancilladas. Estos delitos
solo pueden ocurrir en un sistema donde los fiscales y jueces se creen más allá
de la constitución, las leyes, e incluso
la máxima dirección del país.
dania@cubadentro.com